Un aventurero alemán va en busca de una tribu canibal y termina comido por ella

Un aventurero que aterrizó con su novia en una isla remota del Pacífico,  parece haber sido devorado por nativos. Se cree que los restos encontrados en una fogata pertenecen al alemán Stefan Ramin, de 40 años.

Stefan, que desde hace tres años realizaba un viaje alrededor del mundo, estaba en la citada isla con su novia Heike Dorsch, de 37 años y allí pensaban pasar varios meses.

Este hombre era un consejero ejecutivo de Hamburgo (Alemania) y desapareció hace semanas mientras seguía las huellas de "Taipi, un edén caníbal". El autor de esta novela, Herman Melville, que también escribió 'Moby Dick', describe un paraíso virgen en el que todo aquel que consigue poner un pie, procedente de la civilización, termina en la cazuela de los aborígenes. Y ése parece haber sido el destino de este turista alemán.

Hace tres semanas, Stefan Ramin se despidió de su novia antes de emprender, ya en solitario, la expedición rumbo a las islas Marquesas (en la Polinesia francesa) junto a un guía local, Henri Haití. Al parecer, Haití le había ofrecido asistir a una cacería de cabras salvajes -una tradición ancestral- en la zona más montañosa de Nuku Hiva, pero terminó cayendo en la trampa de una cacería humana, en la que él mismo resultó ser la víctima.

Después de varias horas, el citado guía regresó solo y aseguró que se había producido “un accidente”. Tras ello, ató a la mujer a un árbol y abusó de ella, según el testimonio de Heike, que logró escaparse varias horas después y alertó a las autoridades de lo ocurrido. Hace unos días, las gestiones diplomáticas alemanas consiguieron implicar en la búsqueda al ejército, que rastreó la zona más montañosa y descubrió el macabro hallazgo de lo que presuntamente son los restos de Stefan carbonizados en una fogata. Ahora, los responsables tratan de localizar al guía mientras se realizan las pruebas de ADN a los restos hallados.

Varios expertos locales han confirmado que el cadáver encontrado ha sido víctima de un ritual caníbal que se creía erradicado en la isla desde el siglo pasado.

Parece increible, en una isla tan paradisiaca...... esto demuestra que la aventura está bien,  pero con medida y sin pasarse, porque pobre hombre, pero ....... ¿¿cómo se le ocurre ir en búsqueda de una tribu canibal?? Esto es lo que se dice meterse en la boca del lobo. ¿¿¿Acaso esperaba llegar, saludarles, tomarse unas cañas con ellos, hacerles unas fotos de recuerdo e irse de rositas despues???

Fuente:
http://www.planetacurioso.com/