Una estrella de mar de siete puntas, un misterioso pulpo blanco y un nuevo tipo de cangrejo yeti forman parte del vital ecosistema descubierto en el fondo marino cerca de la Antártida, indicaron hoy investigadores británicos.
Las especies, detalladas esta semana en la revista PloS Biology, fueron descubiertas por investigadores de la Universidad de Oxford, la Universidad de Southampton y el Servicio Antártico Británico que hicieron descender un vehículo robótico para explorar la cordillera submarina Dorsal de Scotia Oriental en las profundidades del Océano Atlántico Sur, entre la Antártida y Tierra del Fuego.
En esta zona oscura y remota se hallan los respiraderos hidrotermales, manantiales de aguas profundas que arrojan líquido a temperaturas de hasta 382C, y en los cuales ya se han encontrado formas inusuales de vida en otras partes del mundo.
"Los respiraderos hidrotermales albergan animales que no se encuentran en ninguna otra parte del planeta, que obtienen su energía no del sol sino de sustancias químicas, como el sulfuro de hidrógeno", dijo el investigador principal, Alex Rogers, de la Universidad de Oxford.
"El primer estudio de estos particulares respiraderos en el Océano Atántico Sur cerca de la Antártida ha revelado un caliente y oscuro 'mundo perdido' en el que proliferan comunidades enteras de organismos marinos desconocidos".
Los respiraderos o fuentes hidrotermales fueron descubiertos en 1977 en las Islas Galápagos. Los últimos descubrimientos de vida submarina incluyen varios tipos nuevos de anémonas, percebes acechados y un pulpo sin identificar, así como un nuevo tipo de estrella de mar, que se observaron alimentándose de la fauna alrededor de los respiraderos. Los peces sólo se vieron en la periferia de las zonas calientes.
Los investigadores estaban igualmente intrigados por lo que no encontraron, como gusanos gigantes, mejillones, cangrejos, almejas y camarones hallados antes en otros respiraderos de aguas profundas en los océanos Pacífico, Atlántico e Índico.
La diferencia de especies sugiere que las condiciones geográficas de la zona la hacen única para ciertas formas de vida, que no han podido migrar a otras partes del fondo marino del planeta.
"Estos resultados son una prueba más de la diversidad preciosa que se encuentra en todos los océanos del mundo. Dondequiera que miremos, ya sea en los arrecifes de coral de aguas tropicales iluminadas por el sol o en los respiraderos de la Antártida sumidos en una oscuridad eterna, nos encontramos con ecosistemas únicos que tenemos que entender y proteger", dijo Rogers.
La investigación, publicada en línea en la edición del 3 de enero de la revista PLoS Biology, fue realizada por científicos de la Universidad de Oxford, de la Universidad de Southampton y del British Antartic Survey.
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