Diane Taylor es una dulce anciana de 92 años, con ya bisnietos inscritos en el libro de familia, a la que también le gusta de cuando en cuando echarse un chupito de whisky para entonarse en el invierno.
Sin embargo, la semana pasada Diane se cogió un cabreo de mil demonios, debido al trato humillante que recibió cuando fue a por su bebida favorita a la tienda local de la cadena One Stop Shop (la versión mini de los supermercados Tesco) en Harlow, Essex (U.K).
Y es que una vez que estuvo en la caja con su compra, la cajera se negó a venderle la botella de whisky si no le enseñaba un carnet que reflejara que tenía la edad legal de 18 años para comprar alcohol.
La bisabuela, que simplemente con mirarla cualquiera se creería que ha nacido en 1919, cumplió los 18 años en 1937, cuando los carnets se hacían en cartulina sin plastificar.
Así que, ni corta ni perezosa, le empezó a mostrar a la cajera un festival de títulos de identidad que incluían la tarjeta del pensionista, el abono-transporte, su carnet de conducir vehículos de discapacitados y hasta la garantía del marcapasos con su nombre.
Pero ninguna de estas tarjetas resultó válida para la puntillosa asalariada del One Stop, que requería el documento nacional de identidad o, en su defecto, el pasaporte, que son los únicos que no pueden ser falsificados.
“Le pregunté a la chica de detrás del mostrador que me lo repitiera tres veces; simplemente no podía creer lo que oía, pensé que era una broma” afirma con sorna Diana al periódico SWNS .
La mujer asegura que en sus 92 años de vida nadie le ha preguntado la edad al comprar; y que puede entender que haya que ser estrictos con todos los jóvenes que compran alcohol, pero sin duda hay una diferencia muy grande entre una mujer de 92 años de edad y una pizpireta jovenzuela de 17 años recién cumplidos, mal que le pese a ella.
Aún con estas, Diane no llevaba encima el D.N.I ni el pasaporte, por lo que tuvo que volverse a casa sin su querida botellita de whisky, y con un cabreo de narices; un cabreo que, posteriormente, pudo mitigar sin problemas comprando la botella en otro sitio sin necesidad de enseñar ningún carnet.
Bueno, pues estoy hay que celebrarlo ...... hiipppssss! |
Tras denunciar el caso en la Ventanilla Única del Consumidor, un portavoz de la cadena One Stop ha salido al paso diciendo que “sienten el incidente”, pero que las tiendas de alcohol tienen que cumplir un estricto protocolo de identificación, a riesgo de perder su licencia. “Aunque lamentamos mucho las molestias causadas, el personal de la tienda tiene la obligación de pedir a todos los clientes que demuestren su edad como condición de la licencia para vender alcohol”.
Fuente:
Blogs.lainformacion.com
SWNS
Metro
No penseis en la intransigencia literal a la hora de cumplir las leyes a la americana.
ResponderEliminarLa pobre dependienta, solo quería no tener en su conciencia el peso de una cogorcilla de la abuelita.
Desde luego...
Besotes sin alcohol.
Lo pe no es lo de la dependienta...
ResponderEliminarLo peor es que si hay un inspector cerca y la dependienta no pide la identificación se le cae el pelo
De ahí a decir que el pasaporte no puede falsificarse...
La delincuencia juvenil en estos tiempos tiende a dilatarse en el calendario, además, la dependienta acababa de ver la peli de Benjamin Button y no te puedes fiar
ResponderEliminarEsto es para mearse y no echar gota, la imagen de la anciana se ve en su rostro, o se pasan o no llegan.
ResponderEliminarEn el fondo esa cajera se creíria que eran los santos inocentes.
La anciana no me extraña que se fuera por una parte enfadada, pero por otra la vieron como una adolescente, asi que tenía que estar muy contenta por esta parte.
¡Para que luego digan que el alcohol es malo¡ Aquí tenemos a una señora que no solo llega a los 92 años a lingotazo diario sino que en el supermercado piensan que debe demostrar que es mayor de edad. ¡Fantástico!
ResponderEliminarEsther, a ver si iba a ser eso, en lugar de miedo a perder su empleo, miraba por la salud de la ancianita jejeje. Un besote on the rocks,
ResponderEliminarKikas, de todas maneras lo que no me cuadra es que el único objetivo siempre de pedir la identificación al comprar alcohol, es comprobar que el comprador no es un menor de edad y en el caso de esta dulce ancianita estaba más que claro que no lo era ¡vamos, digo yo, jejeje!
ResponderEliminarJose Antonio, jajaja es que la delincuencia juvenil con la crisis ha dado paso a la delincuencia senil, normal.... con las pensiones tan pequeñas que les quedan a algunos abuelillos...... Un beso,
ResponderEliminarMADRILEÑA, pues lo mismo la dependienta se creia que la ancianita era una jovencilla disfrazada en Halloween, vete tú a saber. Pero tienes razón en que más que enfadarse deberia haberse sentido halagada con todos los años que la quitaron jejejeje.......
ResponderEliminarFuego negro, si es que los abuelos de ahora no son como los de antes, aqui tenemos el claro ejemplo de nuestra duquesa de Alba, sin ir más lejos y acuerdate de la anciana reina madre inglesa que le daba al gin tonic que daba gusto y estaba como una rosa (inglesa, claro) y con un color sonrosado que daba gusto de verla. ¡Ah! bienvenido por aqui y gracias por dejar tu comentario. Un saludo,
ResponderEliminaren UK no existe el DNI, se muestra el carnet de conducir...asique no me creo esta noticia
ResponderEliminarEn la noticia se dice DNI porque ese es el documento que tenemos aqui, realmente se refiere a pedir cualquier tipo de identificación.
EliminarEn Inglaterra, efectivamente, no tienen el DNI por una cuestión de respetar al máximo la intimidad de una persona, pero si quieren que alguien se identifique pueden dar alguna otra documentación que acredite su identidad, como por ejemplo, un carnet de conducir.
Gracias por tu visita y tu interés por la noticia,